sábado, 25 de agosto de 2018

Ausencia

Con la máscara ya vacía
los frutos no adulterados
se alimentan del contagio
a que otros sustituyan
aquellas huellas caducas,
espejos donde pueda yo
reconocerme en otra piel
sin dejar de mimar la mía.

Confío en decir que la brisa
no merece pertenecerme,
tampoco la caricia al tacto
cuyo origen se encuentra
en inspiraciones alejadas
de unas maderas yermas,
pues la coraza no arde
si favorece mi ausencia.

jueves, 23 de agosto de 2018

Prueba

Si alcanzo a asimilar los ojos
cuidando la atención en el foco
y en cómo redirigir aquello
que hemos visto heredado,
que no otorgado a conciencia
hacia lo que surge no en vano
sino ajeno a la individualidad
del suero que hoy se cree cura
y, que siendo letal, adormece
la esencia de nuestros errores
siendo fértil la sola paciencia.

Ruego que retorne el cuerpo
al cobijo de otra luz natural
que mane del pensamiento,
del libre color trascendental
a la yesca criada con tiento.

domingo, 12 de agosto de 2018

Ceder mi aliento

Confío en cada paso otorgado
siendo unánime, desde la raíz,
la acogida entera de otro ritmo.
Fractales de quienes regresen
con la sola intención de guiar
sin ser idealización del rumbo
ni traba que coarte la realidad
de otras huellas en la planicie.

No más que por contemplar
la sombra que se torna clara
tras haber cedido aliento
a la quema de la quietud,
estímulo del movimiento
ahora escala del argumento
en que baso mi existencia.

lunes, 6 de agosto de 2018

Cuidando el brillo

Cómo negarme a mirarlo todo
tras esta apariencia ausente,
si atendemos a cómo cuidar,
sabiéndonos fruto del cuidado
desde un ofrecimiento natural
propio del refuerzo colectivo
que ofrece paz al caminante.

Creyendo haberlo aprendido todo,
aun quedando que desaprender.
Reconociendo la fuerza reactiva
que agilice el crecimiento reflexivo
que habrá de guiar nuestros pies,
suaves y cálidos en su desnudez, independientemente del surco
del que emergieron sus huellas.

Gracias infinitas a las que beben
de este mismo caudal sin forma.
El cambio no más será a la vida
lo que la vida a la rueda adversa,
la tara que crece sana en el jaral
aun quedándose en los fractales.

No me limitará ya la soledad,
en su brillo yo me reconozco.